MIS COMPOSICIONES Y MI ESTILO

Desde que tengo memoria, el arte de la pintura no era para mí algo primordial. No niego que había admirado las obras de arte y a los artistas; y si algún día yo tomara un pincel en mi mano, sería para plasmar lo que mi pensamiento produjera. Aunque mi profesión personal me ha llevado por caminos exitosos, mi amor por la pintura había empezado a nacer, sin darme cuenta, que más bien se había convertido en un capricho esencial en mi vida.
Cada vez que tenía la oportunidad de viajar en aviones por motivos laborales, no podía evitar sentirme emocionado por la posibilidad de crear mis composiciones durante el vuelo. Era como si las nubes y los paisajes desde las alturas se convirtieran en mi lienzo en blanco. Observaba con atención cada formación de nubes y cada rincón de la tierra que aparece bajo mis pies, tratando de capturar en mi mente la mezcla perfecta de colores y matices.
A menudo, llevo conmigo mis lápices y mi bloc de dibujo, listo para plasmar la belleza que mis ojos contemplan y mi mente procesa. Las horas de vuelo se convierten en un tiempo invaluable para mi creatividad, un momento en el que el arte se fusiona con el viaje, y mi mente se sumerge en un estado de flujo inigualable.
Luego ante mi lienzo, cada pincelada que aplico es como un recuerdo impreso en papel, una conexión tangible con mis experiencias y emociones durante esos trayectos. Me siento afortunado de haber podido combinar mi pasión con mi trabajo, convirtiendo cada viaje y cada obra en una oportunidad para crecer como artista y como persona.
El arte de la pintura y mis bocetos que realicé en aviones, han enriquecido mi vida de maneras inimaginables. Ha agudizado mi percepción del mundo, las culturas, los idiomas, y los museos visitados, enseñándome a encontrar la belleza en lo inesperado y a valorar cada instante. A través de mis obras, espero transmitir esa pasión a los demás y contagiarlos con el deseo de explorar su propia creatividad, sin importar dónde se encuentren.